En este apartado mencionamos varios síndromes que vienen relacionado con la cabeza, con la memoria.
Sindrome de Fregoli :es un trastorno delirante que consiste en la creencia de que personas conocidas tienen otra identidad.
Se caracteriza por que los pacientes se sienten perseguidos por una persona a la que creen ver en todas partes, por un individuo que es capaz de adquirir la apariencia de alguien conocido, el aspecto de personas de su entorno familiar cambiando la cara como si fuera un actor.
Como todo delirio se trata de un sistema de creencias incoercible e inmodificable, que requiere de tratamiento psiquiátrico con medicación del grupo de los neurolépticos.
Se le llama así en recuerdo de Leopoldo Fregoli, actor italiano de principios del siglo XX que podía interpretar simultáneamente varios papeles en el teatro.
Sindrome de Capgras: es un trastorno mental que afecta a la capacidad de identificación del paciente. Este cree que una persona, generalmente un familiar, es reemplazado por un impostor idéntico a esa persona.
Se le llama así en honor a Jean Marie Joseph Capgras, psiquiatra francés que reconoció la enfermedad bajo el nombre de l'illusion des sosies (ilusión de los dobles) en 1923
. Capgras reportó el caso de una mujer de 74 años que afirmaba que su esposo había sido remplazado por un extraño. La paciente reconocía con facilidad a los demás familiares, todos excepto a su esposo.
Esta enfermedad está relacionada con la pérdida del reconocimiento emocional de los rostros familiares. Su causa podría ser una desconexión entre el sistema de reconocimiento visual y la memoria afectiva.
Síndrome de Cotard :también llamado delirio de negación o delirio nihilista, es una enfermedad mental . El afectado por el síndrome de Cotard cree estar muerto (figurada como literalmente), estar sufriendo la putrefacción de los órganos o simplemente no existir. En algunos casos el paciente se cree incapaz de morir.
Se le llama así para homenajear a su descubridor Jules Cotard un neurólogo francés
El cuadro típico es que los pacientes empiezan a creer que sus órganos internos han paralizado toda función, que sus intestinos no funcionan, que su corazón no late, que no tienen nervios, ni sangre ni cerebro e incluso que se están pudriendo, llegando a presentar algunas alucinaciones olfativas que confirman su delirio (olores desagradables, como a carne en putrefacción), inclusive pueden llegar a decir que tienen gusanos deslizándose sobre su piel.